1. Encuentra tu espacio de calma
Busca un lugar tranquilo y libre de distracciones donde puedas sentarte cómodamente sin interrupciones.
2. Adopta la postura correcta
Siéntate con la espalda recta pero relajada, ya sea en el suelo con las piernas cruzadas o en una silla. Mantén los hombros relajados y el rostro sin tensión.
3. Enfócate en tu respiración
Dirige tu atención a tu respiración natural. Observa cómo el aire entra y sale de tu cuerpo sin intentar controlarla.
4. Acepta tus pensamientos
Permite que los pensamientos vengan y vayan sin juzgarlos. Cuando notes que te has distraído, simplemente vuelve a centrar tu atención en la respiración.
5. Comienza con sesiones cortas
Inicia con meditaciones de 5-10 minutos e incrementa gradualmente el tiempo a medida que te sientas más cómodo con la práctica